domingo, septiembre 21, 2003

Cómo se cuenta la historia
Jueves 11 - CC Rojas

Del positivismo a la tragedia, dijo Terán, intentando resumir en un frase lo visto y oído esa noche. Paneo interesante, aunque sin clausura, sino más bien como punto de partida del debate, de un debate que está por hacerse (o mejor, por continuarse). Seguir pensando estas formas nuevas, seguir pensando la historia y los modos de contarla. He aquí un brevísimo resumen, en base a notas (que no guardan rigurosidad científica) tomadas ese día.

Oscar Terán (El jamón del sandwich)

Literal y simbólicamente situado al centro de los otros dos expositores. En una prosa interesante y dinámica que denotaba su formación filosófica dijo, entre otras cosas: La historia es la ideología de la etnia occidental (...) Los occidentales no sabemos como va a terminar la historia, ni sabemos que significado tiene el acontecimiento que estamos viviendo (...) No hay historia final a la manera hegeliana (...) La historiografía se convirtió en el relato estatal. No hay historia final, ni tampoco una única verdad histórica, sólo hay interpretaciones de la historia. Los sistemas de interpretación, se interponen entre los hombres y la realidad. La multiacentualidad del lenguaje provoca la variación. Bienvenidas sean.

Guillermo Casió (Soy empirista, y qué?)

Con evidencia de abogado, expresaba sus aseveraciones con largos argumentos y frases retóricas. Su fisonomía particular, connotaba algo de su fanatismo hacia el tango. Llamaba la atención el léxico utilizado, más cercano a la ciencia médica o a la física. No tuvo reparos en adjetivar con algunos de los siguientes significantes: viral, corrosión, corrompen, brujería vs ciencia, usw.
Estas fueron algunas de sus expresiones: Es difícil desarraigar el paradigma judicial: que el historiador actúe como un juez (...) Los virus que corrompen la historia son la crítica literaria, la ficción histórica y las teorías sociales (los estudios sociales, teorías culturalistas y semióticas)...corrompen la verdadera historia, devaluando la investigación empírica. (...) Las ciencias sociales son una forma de brujería, ponen un velo que oculta los aspectos de la realidad (...) Creo en la investigación empírica del pasado, la comprensión a partir de fuentes (...) El producto de las investigaciones es acotado, provisorio, empírico.

Horacio Tarcus (para cuando el fanclú?)

Advirtió que hablaría sobre el tema que constituye su principal objeto de estudio. Avisó que no había tenido tiempo de preparar algo más elaborado. Leyó unos fragmentos de Walter Benjamin. Discutió/polemizó con Casió. Empezó diciendo: Escribir hoy la historia de la izquierda es un problema (...) Las dos formas dominantes agotaron su potencialidad (...) El paradigma que se remonta al siglo XIX, que se desacreditó en 1989, de pensar la historia centrada en un sujeto privilegiado (el proletariado) se agotó. (...) La historiografía conservadora, es poco lo que permite pensar, ver. No se piensa en alternativas históricas, en que haya podido ser de otra forma (...) Hoy no hay sujeto privilegiado, entonces, para quién escribir la historia? desde donde y cómo? (...) La historia del siglo XX es una historia trágica. En su corazón convivieron las esperanzas emancipatorias y sus sucesivos fracasos. Visión trágica desde donde se la puede aprehender con mayor lucidez sin caer en "lo que pudo ser y no fue" o en la "demonización" (...) Visión trágica de la historia, de la tensión que no se resuelve en una síntesis.

viernes, septiembre 19, 2003

Las emociones de Marcel Schwob (1867-1905)



En el prólogo a Corazón doble (París, mayo de 1891), Schwob escribe: Ahora bien, las emociones no son constantes; poseen un punto extremo y un punto muerto. En lo moral, el corazón experimenta una sístole y una diástole, un período de contracción y otro de relajamiento. Puede llamarse crisis o aventura al punto extremo de la emoción. Toda vez que la doble oscilación del mundo exterior y del mundo interior provoca un encuentro, hay una aventura o una crisis. Luego ambas vidas recuperan su independencia, cada una fecundada por la otra.


Vos también podés



Las tres carreras
Mimo XIII.
Por Marcel Schwob
-Francia, 1867/1905-

Las higueras han dejado caer sus higos y los olivos sus aceitunas, porque algo extraño ha ocurrido en la isla de Scira. Una muchacha huía, perseguida por un muchacho. Se había levantado el bajo de la túnica y se veía el borde de sus pantalones de gasa. Mientras corría dejó caer un espejito de plata. El muchacho recogió el espejo y se miró en él. Contempló sus ojos llenos de sabiduría, amó el juicio de éstos, cesó su persecución y se sentó en la arena. Y la muchacha comenzó de nuevo a huir, perseguida por un hombre en la fuerza de su edad. Había levantado el bajo de su túnica y sus muslos eran semejantes a la carne de un fruto. En su carrera, una manzana de oro rodó de su regazo. Y el que la perseguía cogió la manzana de oro, la escondió bajo su túnica, la adoró, cesó su persecución y se sentó en la arena. Y la muchacha siguió huyendo, pero sus pasos eran menos rápidos. Porque era perseguida por un vacilante anciano. Se había bajado la túnica, y sus tobillos estaban envueltos en un tejido de muchos colores. Pero mientras corría, ocurrió algo extraño, porque uno después de otro se desprendieron sus senos, y cayeron al suelo como nísperos maduros. El anciano olió los dos, y la muchacha, antes de lanzarse al río que atraviesa la isla de Scira, lanzó dos gritos de horror y de pesar.

(en: Mimos, 1894, Siruela, Madrid, 1997)
Este texto fue extraído de la Máquina del tiempo.


Borges era fanático



La lectura oriental, la traducción stevensoniana, la filología, la concepción de un escritor cuyo orgullo principal es el de ser mejor lector, son algunos de los lazos con que el saber borgeano se ata al cosmos de Schwob. Los relatos de "Historia Universal de la Infamia" (1935), dice Borges en el prólogo a la edición de 1954, "son el irresponsable juego de un tímido que no se atrevió a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar (sin justificación estética alguna vez) ajenas historias". Es esta, sin duda, la mejor descripción de la excepcional re-fundición de historias de "Vidas Imaginarias". En la presentación de este libro (Vidas Imaginarias, Ed. Hyspamérica, colección "Jorge Luis Borges, Biblioteca Personal, 1985)", Borges reclama a sus críticos el no haber advertido la fuente schwobiana en su "libro candoroso". Antes de este homenaje, en el prólogo a la primera edición de Historia Universal..., el escritor argentino había subrayado la presencia en la obra de los ingleses Stevenson y Chesterton. (Schwob, no sólo tradujo al autor de "Treasure Island", sino que fue merecedor de sus elogios, al mismo tiempo que consultor de Oscar Wilde para Salomé, escrito en francés). La profunda sagacidad del autor de El Aleph, descubrió también una de las obras más importantes de Schwob: "La cruzada de los niños" (1895). Una exclusiva tirada de 500 ejemplares numerados que llevó a cabo en Buenos Aires Editorial La Perdiz, en 1949, también con traducción de Baeza, lleva la observación borgeana en el prólogo, además de las cinco delicadas ilustraciones de Norah Borges. "En ciertos libros del Indostán se lee que el universo no es otra cosa que un sueño de la inmóvil divinidad que está indivisa en cada hombre", dice Borges, y hace poseedor de ese sueño a la creación de Schwob. "La cruzada de los niños", composición casi mágica de las impresiones de aquellos que tuvieron algo que ver en el naufragio de "los niños que anhelaron rescatar el santo sepulcro", es la primer piedra que pone en el camino para cualquiera que se atreva a husmear en el arte de la biografía.

Extraído de Temakel

viernes, septiembre 05, 2003

++ Charles Fourier y su sátira del cornudo++

El socialismo utópico
Charles Fourier (1772-1837), dentro de la línea del socialismo utópico, expuso la intención de fundar un orden social en el que las pasiones humanas encontraran un lugar donde expresarse, hecho que redundaría en un bienestar general. Pensó un modelo de sociedad basado en utópicos falansterios, núcleos humanos constituidos por 1620 individuos. En estas comunas naturalistas, emergería una nueva humanidad en las cuales se viviría 70.000 años de armonía. Fourier pensó que, ya que la civilización no había hecho felices a los hombres y había marginado a las mujeres, sería el falansterio quien liberaría a los seres humanos de su miserable existencia.

F. Engels escribió en Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico lo siguiente: Lo que en Saint Simon es una amplitud genial de conceptos que le permite contener ya, en germen, casi todas las ideas no estrictamente económicas de los socialistas posteriores, en Fourier es la crítica ingeniosa auténticamente francesa, pero no por ello menos profunda, de las condiciones sociales existentes. Fourier coge por la palabra a la burguesía, a sus encendidos profetas de antes y a sus interesados aduladores de después de la revolución. Pone al desnudo la miseria material y moral del mundo burgués, y las compara con las promesas fascinadoras de los viejos enciclopedistas... (...) Fourier no es sólo un crítico; su espíritu siempre jovial hace de él un satírico, uno de los grandes satíricos de todos los tiempos.



Retomando lo satírico
Todo esto viene a colación de lo siguiente: ayer encontré en un librería de usados Jerarquía de cornudos, impreso por una editorial mexicana en 1981. No conocía esta obra, y nunca me hubiera imaginado a Fourier escribiéndola (!), teniendo en cuenta lo que había leído previamente. No puedo imaginar como esto pudo ser leído en la época de su edición. O sí: quizás como un pensador a la deriva en un mar huracanado de definiciones y represiones, un personaje creativo, inteligente y solitario. Si alguien conoce algo más, espero sus jugosos comentarios.

Jerarquía de los cornudos - C. Fourier


Ilustraciones de von Bayros

El cornudo presunto
Es aquel que, mucho tiempo antes del matrimonio, teme la suerte común, y se tortura para rehuirle y sufre el mal antes de padecerlo realmente. Todos saben que sus recelos no servirán sino para confundirlo en la elección de una esposa y acelerar, por exceso de precauciones, el suceso que teme. Scarron pintó a este cornudo en uno de sus relatos.

El cornudo por milagro
Es aquel cuya mujer, después de una larga esterilidad, halla a alguien más diestro que su marido y se encuentra embarazada con gran asombro de todo el mundo. Ella lo atribuye a alguna novena o promesa a la virgen, o bien a algún viaje a las aguas termales donde habría encontrado medios prolíficos de diversas especies. Entretanto todos vienen a felicitar al mardio, sin decirle todo lo que se piensa. El, por su parte, vacila como San José y no sabe muy bien si debe regocijarse o enojarse: mi preocupación no puede disiparse. El es cornudo de milagro y su retoño niño bendito.

Y hay muchos más:
El cornudo en ciernes
El cornudo burlón
El cornudo optimista
El cornudo recíproco....

martes, septiembre 02, 2003

Recibí una carta que decía:

"Nos dirigimos a Ud bla bla bla para que se presente en bla bla bla, con el objeto de completar la declaración jurada de la Autoridad de Mesa bla bla y proceder al cobro de la suma de $50 bla bla por su desempeño como Autoridad de mesa el día 24 de agosto de 2003."

Sin palabras.

lunes, septiembre 01, 2003

Un pajaro se metió en la turbina del avión: hay un ruido que aturde.

La sacralización del sentido de la obra escrita, encierra una actitud retrógrada, moral y reaccionaria. No existe la pura denotación, el grado cero de la significación o la equivalencia entre código y lengua. La palabra remite a un "haz de significaciones imaginarias", según Cornelius Castoriadis. La lectura activa de textos provoca en nuestro pensamiento una implosión, que luego sale al exterior en forma de palabras, reflejo de un cruce -esperemos que novedoso- entre las significaciones propias y ajenas.



Esta manera de interpretar la lectura, me recuerda a las pinturas de Pollock...
...Donde las líneas devienen en formas y recorridos azarosos,
...Donde las manchas irrumpen con valentía, asustando a los vórtices,
...Donde la mixturización de colores abandona escalas cromáticas y estilos correctos de gusto estético.



Sería genial aspirar a un pensamiento pollockiano constante...
...con la soledad que eso implica
...y con el placer que provoca a todos los sentidos.