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este blog se murió

amig*s
estuve leyendo sin parar los posteos sobre el potlach.
graciasgraciasgracias
por haber venido.

fue un hermoso encuentro
y la idea es que haya más potlach.
el potlach como práctica
con esta idea del regalo,
porque si.

estaría bueno que
más
y +++++
personas
organizaran sus propios potlach
de música.
de películas.
de impresos.

el potlach fue un primer gesto
lanzado al espacio
abierto
listo para ser apropiado
resignificado
masticado
y vomitado.

poner de relieve
esta idea
de hacer lo que nos gusta.
de soñar algo y concretarlo.
asi nació el potlach.
así puede volver a surgir.
yo convoco
conmino
provoco
incito
estimulo
avivo
agito,
para que el gesto se multiplique.
en otras manos
cuerpos
mentes.

hay espacios gratuitos
para desarrollar
proyectos.
impa es uno.
sigamos buscando.

inventemos nuevos tiempos
y espacios
para ser
y encontrarnos.

5:47
sigo con los nodos temporales desfasados.
las últimas semanas,
dormi poco.
torbellinos que suben
del pubis al plexo
velocidad cinética
que
se agranda
expande
estalla
vuela
hiere
cae.

plenitud.
no hay palabras para definirla.
sensación de ser
de estar
en el mundo.
acción-reacción.
vida.

veo relampagos desde mi ventana
ah
oh
esto es parecido a la felicidad?

mmmmm
que bien se siente
rico.

gracias OHliverio g.
por estas palabras
perdona
el recorte
necesitaba
de tu expresión
para expresarme.

gracias potlach.
vivan los potlachos!

(...) quizas un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro nos sirva para sentirse humanos,
ser hombres,
ser mujeres,
-no cajas de caudales
no perchas desoladas-
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas
(...) Ah! ese día
abriremos los brazos
sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo,
hasta de nuestra sombra;
y seremos capaces de acercarnos al pasto,
a la noche,
a los ríos,
sin rubor,
mansamente,
con las pupilas claras,
con las manos tranquilas;
y usaremos palabras sustanciuosas,
autenticas;
no como esos vocablos erizados de inquina
que babean las hienas al instarnos al odio,
ni aquellos que se asfixian
en estrofas de almibar
y fustigada clara de huevo corrompido;
sino palabras simples,
de arroyo,
de raices,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavia,
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea
(...)