lunes, agosto 25, 2003

++ Yo fui testigo ++
Mis horas cerca del cuarto oscuro

Una semana trágica puede rematar momentos agónicos, con una llegada fatal e inesperada: durante el sábado, en la mañana temprana y fría, el portero toca a la puerta. Recibo un sobre. Un sobre maldito. Me notifican que debo cumplir un rol cívico ineludible. El enojo deja paso a la curiosidad socio-etnográfica. Porqué no?

Por-que-si

Hilarantes diálogos
Llegan muchos niños acompañando a sus padres, y la escena se repite una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez...Como en una cinta de moebius...
- Disculpe, puedo entrar con la nena/e al cuarto? - Si, señora, pase nomás - Lo que pasa es que la nena/e piensa que el cuarto oscuro, es oscuro de verdad! - Qué creativos que son los chicos, no? Seguro que uno/a hacía lo mismo de chico....

La trama cívica
La persona más "antigua" que vino a votar en la mesa 1198, había nacido en 1912. Con avidez disimulada, entre las sucias y quebradizas hojas de la libreta cívica encontré el primer sello borroso: 1952, cinco años después de haber sido sancionada la ley de voto femenino impulsada por Eva Perón. Pero hay otro dato sorprendente, esta señora nació en el año en que fue sancionada la Ley Saénz Peña, que daba el derecho de sufragio a los varones mayores de 18 años. Un ciclo coronado por un voto a los 91 años.

DNI con la historia entre sus hojas
En las personas que no habían perdido su DNI desde los años 70, era posible ver en sus celdillas de voto un espacio imaginario, cargado de pesumbrosos recuerdos, angustias, y gritos de justicia: un espacio de "no voto" impuesto, extendido durante 10 años. Desde 1973 a 1983, la vuelta del Perón viejo y el inicio de la democracia.

Por-que-no

La marea de boletas, sin lentes no veo nada!

Había cuarenta boletas entre las cuales uno debía elegir. Las personas demoraban muchísimo y el ánimo se caldeaba dentro del recinto. La mesa: inmutable, es un estado de nebulosa soporífera, revoleando disimuladamente los ojitos para chequear la hora y calcular cuánto tiempo quedaba.

Las miserias inevitables
Algunos sujetos, borroneaban la cordialidad expuesta con secretas acciones . Impulsados por un sentimiento ciego, salían del cuarto oscuro con sobre en mano, dejando tras de sí una danza de boletas esparcidas azarosamente por el piso, cual hojas otoñales acariciadas por un fuerte viento sur.

Conteo en cuentagotas
A las 18 termina el comicio, y es ahí donde se inicia la verdadera tortura. A veces da seguridad sentir que la "presidente de mesa" es segura y expeditiva, pero cuando se comprueba su obsesión milimétrica, conjugada con la paranoia agresiva de los fiscales....me quiero ir!!!!!!

Volví a mi casa a las 21. Muy cansada. Esa es mi historia.

miércoles, agosto 13, 2003

++ A través de la tela ++

La anécdota
Subte B. Estación Callao. Salida por escalera mecánica.
A la deriva. Arrastrada por la marea humana que refunfuña y empuja, casi sin darme cuenta, lenta e imperceptiblemente, me doy cuenta de que formo parte, sin querer, de una publicidad de jabón en polvo (!) Vivo Dito. Sujeto/Objeto. Dicotomía salvada, cosificación del ser. Una voz cavernosa anuncia las bondades del producto. Los cuerpos dóciles "atravezamos la tela", simulando vivir las peripecias del jabón que lava la ropa.



Baudrillard al rescate
Hay un libro de Jean Baudrillard que se llama "Las estrategias fatales". Es un libro "viejo", editado originalmente en París, en el año 1983.
Argentina vuelve a la democracia, en el mismo momento que Baudrillard escribe sobre el objeto, el consumo y la política. Los libros viejos, se reactualizan en los análisis.

"El objeto es maldito, obsceno, pasivo, prostituído, es la encarnación del Mal, de la alienación pura. Esclavo, su única promoción consistirá en entrar en una dialéctica del amo y del esclavo, en la que sin duda se ve asomar el nuevo evangelio, la promesa para el objeto de ser transfigurado en sujeto."

Obligados a participar de esta suerte de parodia nuestra conciencia embravecida percibe el manoseo obsceno, y la transformación no buscada ocurre. Diría Baudrillard "el sujeto desaparece en el horizonte del objeto".

Negación del principio de voluntad, imposibilidad de elegir. La trama real no sólo nos rodea de manera opresiva, sino que nos obliga a devenir objetualmente, a ser simples elementos, a formar parte de una gran maquinaria, como actores pasivos, berretas y encima, gratis.

En un mundo donde todo es visible, ya ni siquiera operan los mecanismos de simulación propagandística. La vida deviene en publicidad y nosotros, estúpidos esclavos, formamos parte involuntaria de una puesta en escena grotesca e infame.

lunes, agosto 11, 2003



alfred jarry.francés.1873/1907.poeta.escritor.dramaturgo.patafísica.ciencia de las soluciones imaginarias.ubu rey.caballo de phynanzas.chorrafinanza.maestro de phynanzas.pistolilla de phynanzas.espadón financiero.chupa-tasas.kroño. ornejas.murmufisgar.cuernidios.cuernoempanza.panzatuerta.panzachorra. patiolandia.por mi verde velón.patacristo.tripidios.caüendondios.carbayeiro.


COSTUMBRES DE LOS AHOGADOS
Alfred Jarry
Dibujos de Ubu Rey

Hemos tenido ocasión de entablar relaciones bastantes íntimas con estos interesantes borrachos perdidos del acuatismo. Según nuestras observaciones, un ahogado no es un hombre fallecido por submersión, contra lo que tiende a acreditar la opinión común. Es un ser aparte, de hábitos especiales y que se adaptaría a las mil maravillas a su medio si se lo dejase residir un tiempo razonable. Es notable que se conserven mejor en el agua que expuestos al aire. Sus costumbres son extrañas y, aunque ellos gustan desempeñarse en el mismo elemento que los peces, son diametralmente opuestas a la de éstos, si se permite expresarnos así. En efecto, mientras los peces, como es sabido, navegan remontando la corriente, es decir en el sentido que exige más de sus energías, las víctimas de la funesta pasión del acuatismo se abandonan a la corriente del agua como si hubieran perdido toda energía, en una perezosa indolencia. Su actividad sólo se manifiesta por medio de movimientos de cabeza, reverencias, zalemas, medias vueltas y otros gestos corteses que dirigen con afecto a los hombres terrestres. En nuestra opinión, estas demostraciones no tienen ningún alcance sociológico: sólo hay que ver en ellas las convulsiones inconscientes de un borracho o el juego de un animal.



El ahogado señala su presencia, como la anguila, por la aparición de burbujas en la superficie del agua. Se los captura con arpones, lo mismo que a las anguilas; el uso de garlitos o líneas de fondo resulta a este efecto menos provechoso.

En cuanto a las burbujas, se puede caer en el error por la gesticulación desconsiderada de un simple ser humano que sólo se halla en el estado de ahogado provisorio. En este caso, el ser humano no es en extremo peligroso y en todo comparable como lo hemos dicho más arriba, a un borracho perdido. La filantropía y la prudencia exigen distinguir dos fases en su salvamento: 1) la exhortación a la calma; 2) el salvamento propiamente dicho. La primera operación, imprescindible, se efectúa muy bien por medio de un arma de fuego, pero hay que estar familiarizado con las leyes de la refracción; en la mayoría de los casos, basta con un golpe de remo. Sólo queda -segunda fase- capturar al objeto por el mismo método que a un ahogado ordinario.

Es raro que los ahogados se desplacen formando bancos, a la manera de los peces. De ello se puede inferir que sus ciencias sociales son aún embrionarias, a menos que se juzgue más simple suponer que su combatividad y valor guerrero es inferior al de los peces. Es por ello que éstos se comen a aquellos.



Estamos en condición de probar que hay un solo punto en común entre los ahogados y los demás animales acuáticos; desovan como los peces, aunque sus órganos reproductores, para el observador superficial, parezcan conformados como los de los humanos. Desovan, a pesar de esta grave objeción: ninguna ordenanza de la prefectura protege su reproducción por la veda momentánea de su pesca.

Corrientemente, un ahogado se vende a 25 francos en el mercado de la mayoría de los departamentos, constituyendo una fructífera y honesta fuente de recursos para la población ribereña. Sería pues de interés patriótico fomentar su reproducción; de lo contrario, a falta de esa medida, sería grave la tentación, para el ciudadano ribereño y pobre, de fabricar ahogados artificiales, igualmente merecedores de la prima, por medio del maquillaje por vía húmeda de otros ciudadanos vivos.

El ahogado macho, en la estación del desove, que dura casi todo el año, se pasea en su desovadora, descendiendo como de costumbre la corriente, la cabeza hacia adelante, la cintura levantada, las manos, los órganos de desove y los pies meneándose sobre el agua. Permanece de buen grado balanceándose entre las hierbas. Su hembra también desciende la corriente, con la cabeza y las piernas volcadas hacia atrás y el vientre al aire.

Así es la vida.