++Aporías inevitables++

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Cuerpo y alma. Racionalidad e irracionalidad. Pensamiento y experiencia.
Estos dipolos no son entidades binarias, sino elementos que se complementan y se niegan en cada superación, uno sobre otro, alternadamente o simultánemamente, quien puede preverlo.
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Encuentro la positividad de los blogs en su posibilidad de acceso, de opinión y de llegada a quien quiera leerlo.
Cierta intolerancia expresada en algunos portadores de la verdad se manifiesta en algunos posteos. Los desencuentros intelectuales o mejor, de pensamiento, se reflejan en defensas combativas de deteminados puntos de vista.
Poco hay de interacción, más bien existe la imposición, la defensa de las VERDADES, en las cuales no creo como generales, sino como absolutamente particulares.
También hay cierto tufillo de baluarte de la comprensión, motivo por el cual algunos creen que pueden comprender mejor que otros determinadas situaciones.
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En general, tener una opinión, juzgar, es expresarse en cierta medida contra la experiencia, tender a la demencia, mientras que por otro lado, sólo el capaz de juzgar está dotado de razón: quizá sea ésta la contradicción más honda y menos amortizable en el opinar. Sin opinión mantenida con firmeza, sin hipóstasis de algo no conocido por completo, sin acepción en cuanto verdad de algo, de lo cual no se sabe en absoluto si es verdad o si no lo es, será apenas posible la experiencia, el mantenimiento incluso de la vida.*
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Estas palabras de Adorno atestiguan nuestro sin salida. En esa búsqueda desgreñada, andrajosa, tambalente y a veces, solo a veces triunfante, se va configurando el espacio -intelectual, material, institucional, lúdico, etc- en el cual vivimos.
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* en Filosofía y superstición de Theodor Adorno