++Y en el octavo lugar del ranking de losers...++

....Ludvik. "La Broma" de Milan Kundera.
Pobre Ludvik. En una carta que le escribió a Lucía, y en un intento de impactarla con su exquisito sentido del humor, incluyó una broma (que no será develada en este blog, no señor), con tanta mala suerte que la carta fue interceptada por la policía secreta checoslovaca (eran los años de comunismo en esos lares) y Ludvik pasó a ser encuadrado dentro de la categoría "enemigo del régimen".
A todo esto, Lucía nunca recibió la carta y para colmo se sumó al juicio de aquellos que vieron en Ludvik un traidor.
Lo paradójico del tema, es que Ludvik era comunista y tuvo que pagar con la cárcel y la exclusión social, una broma que no ingresó como tal dentro de los rígidos cánones de las autoridades de la época.

Cuando los sistemas (ya sean políticos, sociales, culturales, etc) están estructurados rígidamente, no admiten la presencia de "ruidos", de leves variaciones, de inserciones intrusas pero inocentes. La estructura mata lo espontáneo, lo vital y único de cada ser humano, porque implementa un rígido molde al cual adecuarse sin concesiones.